
Una vez que hemos tomado nuestro desayuno completo, los alumnos se han ido a clase. Cuando han acabado, han recogido sus móviles y su dinero y hemos ido a comer. Esta vez hemos comido macarrones con queso y atún de primero, y revuelto de verdura con trocitos de carne y palitos de merluza de segundo. De postre tomamos fruta.
Una vez que ya habíamos hecho la digestión, nos fuimos en diferentes coches y furgonetas a Ferradas del Utrero. Aquí los alumnos mayores realizaron barranquismo y los más pequeños (grupo en el que yo también participaba) hicieron arroying. Los monitores confirmaban una y otra vez que ésta era una de las mejores actividades de todo el campamento y, teniendo en cuenta las opiniones de los alumnos nada más salir del agua, debo confesar que así fue. Todos y cada uno de ellos se acercaron a mí con la boca prácticamente abierta de la sorpresa y…contentos, contentos.
Una vez que los alumnos se sacaron los trajes de neopreno y ya estaban secos, volvimos al campamento. Cenamos tortilla francesa con atún y lomo adobado con patatas fritas. A esto le acompañó un yogurt de postre.
Cuando terminamos de cenar repartimos móviles y teléfonos y después jugamos al Caza Banderas. A los niños les gustó mucho este juego y, cuando fue la hora de irse a la cama, se pegaron la última carrera intentando cazar la bandera y nos fuimos a dormir.




Por lo que parece lo estáis pasando genial.
Así mi hijo me transmite que le encantan las actividades de aventura.
Es un gusto porque así es una magnífica forma de iniciarles en estas actividades y que disfruten de la montaña.