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Kilkenny, Irlanda 2013

¡Saludos de nuevo desde la calurosa Irlanda!

Nuestra recta final ha llegado casi sin que nos diéramos cuenta y de repente estamos metidos de cabeza en la tercera y última semana de nuestra escapada irlandesa.

En el último informe os contábamos como habíamos ido todo el grupo de excursión a Rock of Cashel y Cobh. Esa tarde llegamos todos cansados y fuimos directamente a las casas para descansar y estar con las familias.

El viernes por la mañana de nuevo había clases y después nos tocaba la actividad conjunta semanal de actividades deportivas. Esta vez sin embargo, al contrario que el viernes anterior los deportes no los hacíamos en el colegio, sino en un centro de salud y ocio llamado Watershed, y que está a unos 10 minutos andando de la escuela. Y allí que fuimos todos los grupos, españoles, polacos, rusos, suizos, y demás a compartir un rato de ejercicio físico. Había varias opciones de deporte. La primera hora la pasamos en las pistas exteriores, donde podíamos elegir entre rugby, frisbee o futbol. A pesar del calor, algunos chicos se animaron a jugar, aunque el resto del grupo prefirió quedarse a la sombra. En la segunda hora nos mudamos a las canchas cubiertas, donde no hacía tanto calor, y donde podían elegir practicar baloncesto, hockey o bádminton. Aquí si que casi todo el grupo se animó a participar en algún deporte, sobre todo bádminton y hockey.

A las 5 de la tarde terminábamos los deportes y a las 7 de la tarde había programada una barbacoa y entrega de certificados para despedir a muchos de los grupos de la escuela que iban a estar aquí solo dos semanas. Las chicas decidieron volver a sus casas para ponerse guapas para la barbacoa, y los chicos, previa consulta con las familias, se fueron al centro del pueblo a pasar el rato hasta que llegaran las 7. Ana y Lucia no volvían a casa, ni querían irse con los niños, así que se vinieron a casa de la monitora a descansar un poquito y refugiarse del calor hasta la hora de la barbacoa.

Realmente lo de la barbacoa, era una forma de hablar pues lo que había era un cáterin con comida ya cocinada, y las barbacoas estaban encendidas solo para derretir nubes de azúcar (una golosina muy típica por estos lares). Lo bueno es que había también, además de las hamburguesas, las patatas y los nuggets de pollo, bols con frutas como sandía o cerezas. Además de dulces de todo tipo, golosinas, patatas de bolsa. Así que con hambre no nos quedamos ninguno.
Después de la cena, se hizo la entrega de certificados, y nos despedimos de los grupos que se marchaban de vuelta a España o a sus respectivos países y con esto nos dieron las 9 de la noche, momento en que llegaron las familias a recoger a todo el mundo.

Al día siguiente sábado, en vez de cine como la última vez la escuela decidió aprovechar el solecito que estamos teniendo últimamente para llevarnos a la explanada del castillo a pasar la mañana.
Quien quería podía jugar deportes en la increíble extensión de hierba que hay frente al castillo, y quien prefería relajarse a la sombra con los amigos podía quedarse sentado bajo los árboles. Las familias habían preparado un packed lunch para los chicos así que allí mismo almorzaron. Luego algunos habían acordado con las familias que los recogieran un poco más tarde, y otros se volvían al punto de reunión con la monitora para que los recogieran las familias.

El Domingo no organizamos nada extra pues al ser el último domingo que vamos a pasar aquí, pensamos que lo mejor era pasarlo con la familia y los amigos. Algunos chicos fueron con sus familias a la playa, y otros se quedaron en Kilkenny y pasaron el día con los compañeros.

Y así llegamos hasta el Lunes donde de nuevo reanudábamos las clases tempranito. Este día amaneció más nublado y más fresquito, pero la verdad es que después de todo el calor que hemos pasado, ¡casi que se agradece!

Después de las clases acompañé al grupo de Lucía, Ana, Jaime y Jaume a la actividad con la profesora. Les tocaba a ellos visitar la torre de San Canice, ya que ellos todavía no habían ido y es una de las atracciones más características de la ciudad. La torre tiene 30 metros de altura pero no es fácil subir hasta la cima! Los 121 escalones de madera verticales pueden poner a prueba los nervios de aquellas personas con algo de vértigo! Los chicos subieron y bajaron en un plis plas, pero las chicas y la profesora ser tomaron su tiempo para evitar que hubiera ningún resbalón y, sobre todo en el descenso, hacerlo con precaución.
Como recordareis del primer informe, las vistas desde arriba son espectaculares.

Una vez que los chicos descendieron de la torre, todos estaban muy animados y las emociones les habían dado hambre y sed, y como teníamos aún tiempo antes de la hora de la recogida, pues la profesora decidió llevarlos al pub que tienen música en vivo por la mañana. Allí pudieron refrescarse con unos zumos y fantas, mientras escuchaban música tradicional irlandesa en vivo. Esta vez no se animaron a pedirle a los músicos una foto, pero tuvieron la posibilidad de entrar a un típico pub irlandés, que de otra forma no hubieran podido acceder.

El Martes acompañé al grupo de los mayores, y ¡qué coincidencia! Ellos también iban a ver el espectáculo de música tradicional. Así leído parece que los chicos hacen lo mismo todos los días, pero recordad que en realidad van rotando las actividades y simplemente ha coincidido que los días que yo los acompañaba se han repetido actividades, pero también han hecho otros días, tiro con arco, tiro al rifle, minigolf, natación, etc.

A diferencia de los otros días que habíamos venido con otros grupos, no había 3 sino 2 músicos con una concertina y una guitarra acústica. Pero fue curioso la escena que presenciamos. De pronto entró un muchacho joven atraído por la música que se escuchaba desde la calle, con un violón en la mano. El muchacho no conocía a los músicos de nada, pero se sentó allí con ellos y se pusieron a tocar canciones juntos, algunas de música tradicional country en vez de irlandesa. Fue algo muy curioso de ver.
Un poco antes de la hora de fin de las actividades, decidimos salir otra vez al aire libre y pasar unos minutos en la rosaleda del castillo de Kilkenny.

Lo mismo pasó el Miércoles con el grupo de Giorgio, Rosario, Carmelo y María. Les tocaba a ellos el turno de hacer la ruta turística en tren.

Cómo recordareis de la semana pasada, se trata de un tren que mientras avanzaba por la ciudad, íbamos escuchando explicaciones en ingles de las distintas zonas y edificios, así como canciones tradicionales irlandesas como Molly Malone, Don’t Tell Me Ma o Whisky in the Jar.
Tras el tren hemos pasado un rato en la explanada del castillo ya que los chicos y las chicas habían pedido si podían jugar un poco al futbol, y hasta hemos llevado una pelota que nos han dejado en la escuela para que pudieran echar un rato. Este ha sido un momento muy emotivo, pues la profesora ha aprovechado para regalarles a cada uno de los alumnos un pin con el escudo de armas de la ciudad. Hay que decir
que ya antes ellos habían tenido un detalle con ella, al regalarle una tarjeta firmada por todos.
Tras estar un rato en el parque nos hemos dirigido al Kilkenny Design Center, un centro de artesanía echa en Kilkenny, que ocupa el edificio que antiguamente era el establo y las dependencias de los sirvientes del Castillo que se encuentra justo enfrente. También aquí se encuentra la Casa Butler, la familia dueña del castillo y de sus tierras. Todo lo que había en las tiendas tenía unos precios prohibitivos por lo que nos hemos limitado a curiosear. Después hemos ido al jardín frente a la casa Butler donde nos hemos relajado en el estanque de nenúfares.

Tras terminar las actividades volvimos todos al punto de encuentro donde nos recogieron las familias para llevarnos a nuestras casas, cenar, cambiarnos de ropa y volver a llevarnos a todos al estadio de carreras de galgos.
Era la primera vez para mucho de nosotros que íbamos a una carrera de galgos, por lo que todo nos parecía muy curioso y diferente. Algunos de los chicos incluso se animaron a apostar algunos euros a sus galgos favoritos, ¡y llegaron a ganar algunos céntimos! La verdad es que era impresionante ver la fuerza y la velocidad que son capaces de desarrollar estos animales.

¡Y por fin llegó el Jueves! Nuestro último día. Y no podíamos haberlo aprovechado mejor que con un excursión de día completo. Nos ha hecho otro día maravilloso que hemos pasado la costa al sur de Kilkenny.

En primer lugar nos han llevado a visitar un barco de los que transportaban inmigrantes durante la hambruna de la patata en Irlanda. Allí nos han contado la terrible historia que sufrió este país en aquella época y nos han enseñado las condiciones de vida en las que vivían los viajeros, tanto los de primera clase (2 familias) como los de segunda clase (50 familias) y, para que lo entendiésemos mejor, había actores que representaban a cada una de las clases que viajaban en el barco.

Una cosa muy curiosa es que los tickets que nos han dado para entrar, eran réplicas exactas de los pasajes originales que se les daba a los viajeros en aquella época, y una vez que estabas dentro, podías buscar tu nombre en las literas, para ver con quién viajabas, o qué condiciones. Ha estado bastante interesante.

Tras visitar el barco Dunbrody hemos vuelto al autobús camino de Tramore, un pueblecito de la costa donde los chicos podían elegir entre ir a la playa a disfrutar del magnífico día que hacía o montarse en las atracciones que están siempre a lado de la playa. Nuestros chicos han elegido quedarse en el paseo marítimo cerca de la playa escribiéndose palabras de despedida en sus banderas de Irlanda.

Después de esto, hemos vuelto al autobús para viajar hasta Waterford, ciudad más grande que Kilkenny donde se celebra anualmente unas carreras de barcos de vela, que por desgracia, no son en esta fecha, pero que tienen fama de ser espectaculares. Los chicos han tenido tiempo libre para visitar la ciudad y hacer un poco de shopping tras el cual hemos vuelto al autobús para regresar a Kilkenny.

Cuando nos hemos bajado del autobús los chicos han tenido un DETALLAZO con su monitora, y me han regalado una tarjetita de agradecimiento para desearme buena suerte en el futuro. ¡Me han llegado al corazón! Como os vengo diciendo desde el primer día, tenéis unos chicos FABULOSOS de los que podéis estar orgullosos. No han dado ni un solo problema en las tres semanas y se han portado fenomenal. ¡Así que gracias a ellos, y a vosotros los papis por hacer que esta Viaje en Kilkenny haya sido algo precioso y bonito de recordar!

Y nada más. Os dejo que todavía tengo que hacer mi maleta y salimos de Kilkenny, rumbo a Dublin a las 2 de la mañana. ¡Ya mismo estáis con vuestros pequeñines de nuevo!

Un abrazo a todos ¡y que tengáis un feliz verano!

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