
Tras un desayuno lleno de energía, los alumnos se fueron a clase. Una vez que ésta finalizó, nos fuimos corriendo a La Charca ya que el otro grupo de niños que había de campamento se despedía de éste con una comida con sus padres en La Charca. Comimos un plato típico de Jaén (rin-ran) y una paella mixta que a los alumnos les encantó. De postre tomaron sandía y, una vez que habían hecho la digestión, algunos niños se metieron al agua. El cansancio estaba izado, así que volvimos al campamento a dormir la siesta.
A las 5 de la tarde nos fuimos a realizar la actividad de la tarde: circuito de puentes. Exceptuando tres niñas que no quisieron participar, el resto disfrutó una barbaridad. Sudaron y se esforzaron como hasta ahora no lo habían hecho. Cuando recorrieron todos los puentes (que eran más o menos complicados en función a las edades de los alumnos) nos volvimos a La Charca para refrescarnos después de la agotadora actividad.
En cuanto nos secamos volvimos al campamento a ducharnos y a cenar. Cenamos: un “sandwich” de embutido (salchichón, jamón york, chorizo, chóped, mortadela y queso), san Jacobo con patatas al horno y helado de nata y fresa.
Cuando acabamos de cenar hicimos un concurso sobre cultura inglesa y cantamos algunas canciones en nuestro karaoke, pero había sido un día muy largo y los niños estaban deseando irse a dormir, por lo que cuando fue la “bed time” todos cayeron rendidos en la cama.



