Viaje intenso e increíblemente divertido

¡Un último hola desde tierras canadienses para todos los papás!

Último día en Canadá… Nostalgia, tristeza e incluso un poco de soledad es lo que se ha estado respirando en el ambiente a lo largo de toda esta semana y especialmente en el día de hoy. La semana pasada se marcharon a casa el grupo de Guadalupe que nos ha estado acompañando en todas las actividades durante dos semanas y también uno de los integrantes de nuestro grupo: nuestro queridísimo Maxence. Como es lógico, aquello nos envolvió en un “pre-ambiente” de despedida, sumergiéndonos en una leve tristeza y preparándonos para lo que vendría esta semana.

¡Pero no adelantemos acontecimientos! Volvamos al principio de la semana pasada, antes de las despedidas y la nostalgia, para comentar lo que hemos estado haciendo en las actividades de todos estos días. Ya tendremos tiempo de lloriquear y regodearnos en la tristeza cuando lleguemos a la descripción del día de hoy. :)

Para empezar la semana pasada, visitamos el lugar más emblemático de toda Ottawa: su magnífico Parlamento. Hicimos todo un “tour” por las salas abiertas al público y, todos aquellos interesados en lo que contaba la guía (lamentablemente, más bien pocos), aprendimos muchísimo sobre la estructura política de este país y sobre las grandes diferencias que hay entre el sistema político canadiense y el de nuestro propio país.
Lamentablemente, el ascensor que lleva hasta la torre del Parlamento estaba averiado, así que nos perdimos esa parte de la visita. Pero bueno, como imaginaréis, los chavales tampoco se quejaron demasiado: para ellos el tiempo libre siempre es mejor que las vistas desde la torre. ;)

El martes tuvimos un día de diversión y relax de los mejores que hemos vivido desde que estamos aquí. Después de las clases fuimos a un parque precioso a hacer una barbacoa con absolutamente todos los alumnos de la escuela y los miembros del staff. Además de comer hasta reventar, nos animaron a hacer algún baile o actuación típica de nuestro país y adivinad qué… sí, nosotros decidimos bailar “La Macarena”.
Debo decir que, lejos de sentirnos ridículos en el escenario, nos lo pasamos bomba y quedamos muy coordinados y muy bien. Además, la puesta en escena quedó de lo más exótica, ya que, junto a nosotros, participó nuestro integrante francés (Maxence), un par de alumnos de Guadalupe y unos cuantos de Arabia Saudí. Un espectáculo digno de ver, desde luego. :D
Como nota adicional, diré que, aunque casi de los pelos, conseguí arrastrar incluso a algunos de los alumnos más timidillos del grupo al escenario. :D

El miércoles fue otro gran día. Lució un día de sol estupendo, así que la actividad organizada nos vino al dedillo: día de canoas. Lo de “canoas” es más bien un decir, ya que la mayoría de mis alumnos cogieron patines de agua y, en menor cantidad, kayaks.
A pesar de que algunos de mis tesoritos cayeron en aquella agua infecta y de que la coordinadora de actividades y yo tuvimos un pequeño percance con una repugnante araña gigante, nos lo pasamos muy bien.

La mayoría de nosotros (léase, los más vaguetes), pasamos de hacer ejercicio y aprovechamos la ocasión para relajarnos sobre los patines y tomar un poco el sol. Ah… esto es vida… :)

El jueves la actividad fue de tipo cultural para variar un poco. Visitamos el museo de la moneda de Ottawa, el llamado “Royal Mint”. Hasta donde llegamos a entender, ya no es el lugar donde se manufacturan monedas de las que salen en circulación, pero sí algunas específicas de colección.
Aunque la visita fue corta, hay que decir que se hizo un pelín larga. La guía que nos tocó era un poco aburrida, así que fue bastante difícil conseguir que los chavales prestaran un poco de atención. Gran parte del tiempo, me tocó estar paseándome entre mis bichos, “chisteando” constantemente para mandarlos callar.
Eso sí, en cuanto llegaron a la tienda de recuerdos, se animaron un disparate. Especialmente porque había un auténtico lingote de oro que podían levantar para sopesarlo  (si es que podían, claro, porque aquello pesaba una tonelada). Y es que ya sabemos que a estos angelillos se les da bastante mejor lo de “toquetear” que lo de “escuchar”.

El viernes fue un gran día también. Como nuestro integrante francés y los muchachos de Guadalupe marchaban el sábado, hicimos una fiesta de graduación conjunta, a pesar de que nosotros nos íbamos una semana después.
Aparte del agradable ratito que pasamos charlando, jugando y, sobre todo, atiborrándonos a comer, fue el día donde comenzó a aflorar el ambiente nostálgico. Y es que, después de dos semanas con ellos durante tantas horas, algunos de nuestros compañeros ya se habían hecho un huequito en nuestro corazón. Aunque con tristeza, no despedimos de ellos y continuamos nuestra aventura sin la parte del equipo que perdimos aquel día.

Afortunadamente, la actividad del día siguiente contribuyó a borrar todo rastro de tristeza, y es que nos tocaba una de las actividades que más han estado deseando todos desde que llegaron: el parque acuático “Calypso”.
Poco se puede decir de este día, aparte de que se lo pasaron BOMBA. Estuvieron correteando de aquí para allá, montándose en todas las atracciones, disfrutando del fantástico sol que lució durante toda la jornada y, algunos de ellos, incluso llevándose unas cuantas quemaduras solares como recuerdo. :P

El domingo fue un día de reposo y relax.  De hecho, creo que de los pocos que hemos tenido. Paseíto en el archiconocido “Rideau Center”, charla tranquila y poco más. Y, la verdad, está bien que estos frenéticos bichillos paren de vez en cuando (¿de dónde sacarán tanta energía?).

De vuelta a las clases, el lunes se empezó a notar más la ausencia de nuestros amigos de Guadalupe. Aunque, afortunadamente, todavía quedaba otro grupo de españoles con los que mis niños han hecho mucha piña también, así que pudimos continuar la semana con bastante energía.
Como no lució el día soleado que esperábamos, la actividad consistió en ir a ver una película en 3D al “IMAX”, y lo mejor de todo es que fue preciosa y muy educativa. Se trataba de un documental que hablaba de dos reservas donde crían a elefantitos y orangutanes huérfanos y los preparan para sobrevivir en la vida salvaje. Fue muy tierna y, como nota personal, una gran lección sobre cómo hay personas que consagran su vida desinteresadamente para salvar el Planeta.

El martes, como el día también amenazaba con llover (aunque al final no sucedió), hicimos un tour en barco por el “canal del Rideau”. Es un canal que recorre gran parte del centro de Ottawa y en el que tuvimos oportunidad de ver cosas que no habíamos visto antes, como las diferentes embajadas situadas en esta capital.

El miércoles fue un día repleto de amor. :D Como todos esperaban, por la noche tuvimos otra “Disco Party”, en la que se fraguaron unas poquitas parejas entre miembros de nuestro grupo y los del otro grupo de españoles. Es una verdadera pena, porque han tenido muy poco tiempo para disfrutarse, pero bueno… supongo que es casi mejor, así la despedida no se hizo tan amarga. :P

El jueves tuvimos otra actividad en la que lo pasamos increíblemente bien:  lo que aquí llaman “Lazerquest” (ya sabéis, eso de ir disparándonos en la oscuridad con pistolitas láser). Debo reconocer con tristeza que, tanto como demostramos ser unos ases del fútbol, demostramos no tener ni idea de tácticas militares. A pesar de que nos aliamos entre todos para atacar a unos niños canadienses que competían contra nosotros, no tuvimos éxito. Aunque nos dejamos la piel en ello, en ambas partidas acabamos vapuleados por aquellos mocosos minúsculos pero increíblemente hábiles con las pistolitas. Aquellos enanos aparecían por sorpresa en manadas tan rápidas como desconcertantes y, aunque nos hinchábamos a dispararles, siempre éramos nosotros los que salíamos malparados. *Suspiro* Bueno… no podíamos ser los mejores en todo, ¿no? :D

Y por fin llegamos al día de hoy, un día de tremenda tristeza. Esta mañana el otro grupo de españoles nos ha dejado para volver a casa. Sí, ha habido lágrimas, incluso por mi parte, y es que eran un grupo de lo más entrañable.
Por la tarde los chavales han tenido el día libre para preparar las maletas, hacer compras de última hora y demás, así que ahora ya deberían tener todos las cosas preparadas para el largo viaje que nos espera.

Como conclusión diré que, aunque ha sido un viaje intenso e increíblemente divertido, las despedidas siempre son dolorosas y ése es el ambiente en que nos encontramos ahora mismo. Observando todo lo que nos rodea con cierta nostalgia, como si ya hubiésemos abandonado este lugar y a todas estas personas que han conformado el que ha sido nuestro hogar durante todo un mes.

Debo decir que, a pesar de los pequeños problemas que haya podido haber, ha sido un auténtico honor ser la monitora de este grupo de chavales excepcionales y que se me va a hacer muy difícil despedirme de ellos cuando llegue el momento. Podéis sentiros orgullosos de vuestros hijos que, más o menos rebeldes, son increíblemente especiales, bellísimas personas y de esa clase de bichitos que se hacen un huequito en tu corazón para no abandonarlo jamás. Muchísimas gracias a todos por darme la oportunidad de conocerlos y de ser su “mami provisional” durante estas 4 intensas semanas. De corazón, muchas gracias.

¡Millones de besitos para todos y hasta que nos veamos en el aeropuerto! :D

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