¡Hola a todos! ¿Qué tal familias?
Los chicos me comentan que por casa, a pesar del calor, todo va genial, y me alegra mucho informar que por aquí también. Cada vez quedan menos días para volver a veros, todos tienen muchas ganas, pero eso significa que nos adentramos en la recta final del viaje. ¡Que penita da!
Las despedidas ya han empezado, algunos de los compañeros de la primera semana se han ido, eso sí, han entrado nuevos, y afortunadamente, a los chicos no les cuesta nada conocer a gente nueva.
En las clases, esto se traduce en movimiento de estudiantes y reorganización de grupos. El constante conocer hace que tengan que poner sus habilidades lingüísticas en práctica, pero ya os digo que para ellos no es un problema. Como ya os comenté todos resaltan su educación y respeto en todo, por esta razón toda la plantilla de St Andrew’s nos conoce ya, y eso nos da algún que otro privilegio de vez en cuando. Imaginaros que satisfacción siento con esto.
Y bueno, qué deciros de las excursiones en un país que parece sacado de un cuento de hadas. Edimburgo es ya nuestra casa:
Un día visitamos la universidad e hicimos deporte en uno de sus parques. Por la tarde paseamos y tuvimos tiempo en la Royal Mile para hacer algunas compras o, simplemente, para disfrutar de un paseo o un café contemplando la arquitectura de estas calles, que ya os digo, vale la pena.
Otro día subimos Arthur’s seat, el punto más alto de la ciudad, donde hay una vista de 360º de Edimburgo. ¡Increible! Nos quedamos un buen rato en la cima disfrutando de las vistas, nadie quería bajar. Después de la comida, visitamos el parlamento, allí descubrimos que su arquitecto había sido un Español llamado, Enrique Miralles. Ninguno lo sabíamos, pero la noticia nos encantó.
Por cierto, ¿os han dicho los chicos donde fue la excursión de día de la semana pasada? ¡A Glasgow! Teníamos muchas ganas de visitarla porque algunos de nuestros monitores son de allí y nos habían hablado muy bien de la ciudad. La cuestión es que en un solo día no nos dio tiempo a visitarla y esta semana tenemos previsto visitar otra parte de la ciudad. Pero os cuento lo que vimos:
Por la mañana, visitamos el Museo Kevilgrove y su galería de arte: impresionante, creerme. Tuvimos la ocasión de ver un retrato de Van Gogh, algunos Rembrandts, y su joya más preciada, El Cristo de San Juan de la Cruz de Salvador Dalí, entre otros. Podríamos habernos quedado allí la mañana entera entre exposiciones de arte. Y ya os digo que me encanta ver como ellos lo disfrutan.
Más tarde fuimos al museo del transporte, allí lo que más nos llamó la atención fueron las reliquias que tenían y como algunas se parecían a las utilizadas en las pelis de Harry Potter, e incluso, a las de Indiana Jones. Os animo a echar un vistazo a las fotos del blog, os van a encantar. En la entrada del museo había una pequeña feria con atracciones, y tuvimos algo de tiempo libre para montar en ellas. En este caso no todos terminaron encantados, sino más bien súper mareados de las vueltas.
El resto de la tarde estuvimos paseando por las calles más céntricas de la ciudad. Había un ambiente muy bueno, con música en directo por cada esquina, y algunos aprovechamos para ver the City Chambers, la catedral de San Andrés y como no, el río Clyde, que cruza la ciudad. Con todo esto, todavía se nos han quedado muchas cosas sin ver.
Pues familias, así pasan los días por Edimburgo, entre clases, excursiones y muchas risas. La próxima vez que os escriba será ya la última antes de veros, pero tranquilos, aquí vamos a exprimir y disfrutar cada minutos hasta que ya tengamos que subir al avión para volver a casa.
Besazos y abrazos «fresquetes» para todos de parte de los chicos y mía, desde las tierras altas.
Todas las fotos y vídeos de Grupo Edimburgo en este enlace.
